Confieso que he leído toda la trilogía
de 50 Sombras de Grey, que las leí en verano, al borde de la piscina. Lamento
no haber sido nada original y hacer lo mismo que miles de mujeres de todo el
mundo.
Confieso que leí el primer libro en dos
días, que lo llevaba por todos sitios, que aprovechaba cualquier momento para
abrirlo.
Confieso que el segundo libro fue más
difícil de leer y de digerir, y que el tercero lo leí por pura cabezonería, soy
lectora compulsiva y termino todos los libros que comienzo.
Confieso que Las 50 sombras de Grey fue objeto de conversaciones en las cenas con
diversas amigas, y motivo de risas,
confesiones y chistes fáciles.
Confieso que yo también grité “¡¡¡¡
Quiero un señor Grey!!!!
Reconozco
que cuando terminé de leer este best seller me sentí vacía y cabreada, que le
di vueltas y vueltas a la historia, no entendía este fenómeno.
Reconozco
que no me gusta que las cosas sean lineales. No me gusta el pensamiento único.
Soy curiosa por naturaleza y por
profesión, e indagué en Internet la vida de la autora, pregunté a mis amigas
qué les pareció el libro, pregunté a mis amigos si lo habían leído (silencio
sospechoso), y la respuesta era la misma
“un mal libro de sexo”.
Reconozco que la deformación profesional
y mi condición de mujer me pudieron y analicé el libro desde el punto de vista
criminológico y feminista.
Las 50 Sombras de
Grey es un mal libro de sexo, un libro donde la
autora se adentra en el sadomasoquismo, y describe situaciones sexuales de
sumisión estereotipadas. El deseo de
sumisión, de humillación, azotes eróticos, etc.… es una opción sexual válida,
siempre que se lleve a cabo de una manera sana y sensata, y si las personas
implicadas así lo han pactado y están de acuerdo en las condiciones y términos.
En el libro los perfiles están claros, el dominador, el amo, es el señor Grey,
hombre huraño, atormentado, rico, poderosos guapo e inagotable en el terreno
sexual, la sumisa, Anastasia, mujer, joven, virgen, inexperta, licenciada en
literatura y emancipada, un mensaje contradictorio que recibimos las mujeres
desde diversas instancias y que se reproduce en las páginas del libro, las
mujeres debemos ser independientes, preparadas y cultas pero al mismo tiempo se
ensalza la virginidad, ciertas características físicas, y un comportamiento
digno de nuestras antepasadas.
A lo largo del libro se
va descubriendo un Grey, Anastasia lo define como obseso del control o
controlador, que va desplegando todas las maniobras propias del maltratador,
y que se van asumiendo como normales,
que es lo más peligroso. El maltratador comienza aislando a la víctima, la
separa de sus amigas, de su casa, de su vida, para que le obedezca emplea la
intimidación, el chantaje, el poder, y
el dinero, el hombre es quien le elige y compra la ropa, y ella quien la luce
en los eventos sociales, mujer objeto, mujer florero, obedece y calla..
La violencia va consolidándose en la relación
y se van desgranado las causas de ese comportamiento para justificarlo, es un
hombre con un pasado tenebroso, algo ocurrió en su infancia que justifica ese
comportamiento, pero no debemos olvidar que nada justifica la violencia hacia
la mujer, nada, y Anastasia lo justifica, busca la razón de su comportamiento
para entenderlo, y lo entiende, lo acepta. Cuando la mujer maltratada actúa
contraviniendo las órdenes de su maltratador sabe que tendrá un castigo y lo
justifica porque ella se ha portado mal, ha desobedecido y merece ser
castigada. Su yo, su identidad va desapareciendo, valora más los logros, el
sufrimiento del maltratador que el suyo propio, se vuelve un ser secundario,
sin existencia propia. Anastasia valora
más el dolor y el sufrimiento de él que el suyo propio, es decir, sus
sentimientos, deseos y realidades valen menos que las del hombre, ¡¡el pobre
señor Grey es un ser atormentado!! Los te quiero de Grey son
mejores y más valorados que los suyos; quererlo a él es algo normal, ¿cómo no
se va a querer a un ser superior? En el libro subyace un comportamiento
machista y de maltrato, una realidad que se nos oculta con las escenas
continuas de sexo, una realidad de
maltrato y de sumisión de la mujer al hombre, cuyo instrumento es el dinero, el
poder y el sexo.
Anastasia reproduce el comportamiento de
miles, millones de mujeres de todo el mundo, es la imagen de la mujer
redentora, la mujer que va a cambiar el comportamiento de Grey, de su pareja,
ella si va a ser capaz de hacerlo de convertir al huraño, al solitario e
indomable en el perfecto marido y padre de familia, y lo conseguirá porque se
ha portado bien, ha sido obediente y sumisa ¡¡¡¡ HORROR!!!!
¿No es esto una situación de maltrato?