Por María Rodríguez González-Moro
Un té humeante entre las
manos. Miro por la ventana. En el portátil
suena Ameno de ERA. El viento mueve los arboles con fuerza, demasiada en
muchas ocasiones, y mi mente se traslada a Yecla, mi ciudad natal, donde el
viento es un acompañante casi diario, un viento que trae a mi recuerdo los
libros de Azorín y de Castillo- Puche, libros leídos en mi adolescencia bajo la
magistral tutela de dª María Martínez Del Portal. En una entrevista, para el
ABC, que José Luis Castillo- Puche le hace a mi
admirado Azorín, este le comenta que lo que recuerda de Yecla es el
viento, un viento que es peligroso, y apunta “¿Usted no ha pensado, querido paisano, si la cantidad de suicidas que
da Yecla y su porción de locos no lo serán por el viento?”. Y estas palabras resuenan en mi mente desde que las
leí cuando estudiaba COU. ¿Será cierto y
la climatología afecta a nuestra salud, a nuestro estado mental?
En Criminología Quetelet (1796- 1874) aplicando la estadística a los fenómenos sociales elaboró sus famosas Leyes Térmicas que condicionaban la comisión de
determinados delitos al clima, estas leyes (aplicables al hemisferio norte)
afirmaban que los delitos contra los bienes y el patrimonio se cometen más en
invierno que en verano; que en verano los delitos de mayor incidencia son
contra las personas y que en primavera se producen más delitos contra la
libertad sexual. Ferri también apunta
entre los factores criminógenos el clima, la temperatura, y las condiciones meteorológicas.
En la actualidad ya no
se discute que existen personas más meteoro sensibles que otras, personas en
las que los cambios estacionales, el viento, o los cambios bruscos de
temperatura inciden en su salud de una manera más acusada que en otras. Según
algunos estudios de psiquiatría hay cinco perfiles bioclimáticos, el individuo
equilibrado, el vagotónico, el simpaticotónico, el serotonínico y el tiroideo,
a los que influye la climatología de diferente manera.
Hay pocos estudios sobre
el viento y la agresividad, pero los que hay demuestran que cuando el aire
tiene una carga acusada de iones positivos, afecta a los estados de ánimo y a
la salud de los individuos. Ya en
el siglo VI a. de C. Hipócrates hablaba de los efectos
nocivos del viento del sur, y entre otras cosas decía que “carga la cabeza”; los hombres del campo argentino hablan de cómo “con viento norte no hay hombre bueno, ni mujer amable, ni caballo
manso, ni víbora que no muerda”; en España dichos populares los tenemos
para todos los gustos y el viento no se podía quedar atrás “Viento del sur en invierno,
demonio del infierno.
Uno de los vientos más
estudiados es el viento que sopla en Suiza, el viento Fönh, un viento del norte de los Alpes que se forma
cuando un aire caliente y húmedo debe remontar una cadena montañosa, esto ha
dado lugar al efecto conocido como efecto
Foehn, que tiene una importante relación con las patologías mentales; este
efecto se produce en muchas partes del mundo cuando una masa de aire húmeda y
fría choca con una cordillera produciendo precipitaciones en la ladera de
barlovento. En Suiza cuando sopla este viento dicen que les entran ganas de salir corriendo, tal es la influencia que
tiene el dichoso viento que es recogido por la legislación suiza como una
atenuante.
En el oeste de Estados
Unidos es conocido como Chinook, o el viento Zonda en los Andes; en España lo
conocemos como el Ábrego típico de la
Meseta y de Andalucía y muy temido cuando sopla en Cantabria
por traer consigo cefaleas, catarros y sobretodo depresiones
Según se desprende de
los estudios realizados el efecto Foehn y los vientos terrales pueden agravar
los trastornos mentales de las personas, entre muchos de sus efectos muestran
una relación muy estrecha con el aumento de la criminalidad y los suicidios en
las zonas donde dichos fenómenos se producen. En los países como Suiza,
Alemania, Estados Unidos se ha estudiado con relativa profundidad pero en
España no he encontrado muchos estudios sobre este tema, un tema que creo muy
interesante y curioso.
Es por eso que en mi
lista de cosas por hacer sigue pendiente realizar un estudio sobre el viento y la
criminalidad en Yecla
Castillo- Puche: ¿usted cree, pues, que los
vientos de Yecla son unos vientos casi escatológicos?
Azorín: A pie juntillas lo creo
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