sábado, 7 de febrero de 2015

Vientos Locos

Por María Rodríguez González-Moro

 Un té humeante entre las manos. Miro por la ventana. En el portátil  suena Ameno de ERA. El viento mueve los arboles con fuerza, demasiada en muchas ocasiones, y mi mente se traslada a Yecla, mi ciudad natal, donde el viento es un acompañante casi diario, un viento que trae a mi recuerdo los libros de Azorín y de Castillo- Puche, libros leídos en mi adolescencia bajo la magistral tutela de dª María Martínez Del Portal. En una entrevista, para el ABC, que José Luis Castillo- Puche le hace a mi  admirado Azorín, este le comenta que lo que recuerda de Yecla es el viento, un viento que es peligroso, y apunta “¿Usted no ha pensado, querido paisano, si la cantidad de suicidas que da Yecla y su porción de locos no lo serán por el viento?”. Y estas palabras resuenan en mi mente desde que las leí cuando estudiaba COU.  ¿Será cierto y la climatología afecta a nuestra salud, a nuestro estado mental?

En Criminología  Quetelet (1796- 1874)  aplicando la estadística  a los fenómenos sociales elaboró sus famosas  Leyes  Térmicas que condicionaban la comisión de determinados delitos al clima, estas leyes (aplicables al hemisferio norte) afirmaban que los delitos contra los bienes y el patrimonio se cometen más en invierno que en verano; que en verano los delitos de mayor incidencia son contra las personas y que en primavera se producen más delitos contra la libertad sexual. Ferri también  apunta entre los factores criminógenos el clima, la temperatura, y  las condiciones meteorológicas.

En la actualidad ya no se discute que existen personas más meteoro sensibles que otras, personas en las que los cambios estacionales, el viento, o los cambios bruscos de temperatura inciden en su salud de una manera más acusada que en otras. Según algunos estudios de psiquiatría hay cinco perfiles bioclimáticos, el individuo equilibrado, el vagotónico, el simpaticotónico, el serotonínico y el tiroideo, a los que influye la climatología de diferente manera.

Hay pocos estudios sobre el viento y la agresividad, pero los que hay demuestran que cuando el aire tiene una carga acusada de iones positivos, afecta a los estados de ánimo y a la salud de los individuos. Ya en el siglo VI a. de C. Hipócrates hablaba de los efectos nocivos del viento del sur, y entre otras cosas decía que “carga la cabeza”; los hombres del campo  argentino hablan de cómo “con viento norte no hay hombre bueno, ni mujer amable, ni caballo manso, ni víbora que no muerda”; en España dichos populares los tenemos para todos los gustos y el viento no se podía quedar atrás “Viento del sur en invierno,  demonio del infierno.

Uno de los vientos más estudiados es el viento que sopla en Suiza, el viento Fönh,  un viento del norte de los Alpes que se forma cuando un aire caliente y húmedo debe remontar una cadena montañosa, esto ha dado lugar al efecto conocido como efecto Foehn, que tiene una importante relación con las patologías mentales; este efecto se produce en muchas partes del mundo cuando una masa de aire húmeda y fría choca con una cordillera produciendo precipitaciones en la ladera de barlovento. En Suiza cuando sopla este viento dicen que les entran ganas de salir corriendo, tal es la influencia que tiene el dichoso viento que es recogido por la legislación suiza como una atenuante.

En el oeste de Estados Unidos es conocido como Chinook, o el viento Zonda en los Andes; en España lo conocemos como el Ábrego típico de la Meseta y de Andalucía y muy temido cuando sopla en Cantabria por traer consigo cefaleas, catarros y sobretodo depresiones

Según se desprende de los estudios realizados el efecto Foehn y los vientos terrales pueden agravar los trastornos mentales de las personas, entre muchos de sus efectos muestran una relación muy estrecha con el aumento de la criminalidad y los suicidios en las zonas donde dichos fenómenos se producen. En los países como Suiza, Alemania, Estados Unidos se ha estudiado con relativa profundidad pero en España no he encontrado muchos estudios sobre este tema, un tema que creo muy interesante y curioso.

Es por eso que en mi lista de cosas por hacer sigue pendiente  realizar un estudio sobre el viento y la criminalidad en Yecla
Castillo- Puche: ¿usted cree, pues, que los vientos de Yecla son unos vientos casi escatológicos?

Azorín: A pie juntillas lo creo 

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